19 sept 2011

usted

Dele play a un bolero y llore. Llore. Llore y luego espere. Déjese llevar. Flote. Flote sobre sus lágrimas. Flote sin ataduras ni raíces. No piense en las consecuencias de su humedad. Sólo llore. Mójese. Sea redundante con lo que le duele. Repita el bolero y el dolor, hasta que se sepa ambos de memoria. Un día, tal vez, podrá cantar ese bolero mientras sonríe.